Y un día volvió |
Hace
diez años Defensores de Belgrano terminaba su primera temporada en la B
Nacional, después de un histórico ascenso. Justo en aquel receso, uno de los
baluartes de aquella recordada hazaña, le dijo hasta luego al Dragón para
vestir la camiseta de Ferro Carril Oeste. Se trata del arquero Carlos Marcelo
Bangert.
Ese
“hasta luego” se prolongó hasta estos días en los que Defe se prepara para
afrontar un nuevo campeonato y Guillermo Duró lo convocó para que sea parte de
este plantel. “Hablé con Guillermo y me dijo que tenía ganas de que viniera,
que se juntaron con las muchísimas ganas de volver que tenía yo. Se dio todo
muy rápido, bastó una sola reunión” explica Bangert, y agrega: “Estoy muy contento
de regresar a este club que me dio muchísimas alegrías”.
En
ese impasse de diez años, Marcelo vistió los buzos de Ferro, All Boys, Brown de
Adrogué y Deportivo Armenio, el club que lo vio nacer y el último en tenerlo en
el arco antes del regreso al Bajo Núñez. Muchas cosas han pasado durante todo
ese tiempo, pero para el arquero el club no ha cambiado demasiado. “Sigue la
misma gente, con la misma expectativa y la pasión de siempre, exigiendo también
repetir la campaña del 2001” asegura, y comenta lo que siente frente a ese
pedido: “Para mí eso es muy emotivo, y un desafío muy importante, para demostrar
que estoy igual que hace diez años”. Es
que el pasó el tiempo, y muchos se preguntan cómo está Bangert hoy. “Es algo
lógico y natural que se pregunten eso, tengo 40 años. Y no sólo la gente, sino
también algunos dirigentes. Desde lo físico, el que tenga dudas, que venga a
verme entrenar”, responde, y completa: “Mentalmente estoy al cien por ciento,
con muchísimas ganas de seguir jugando y con el plus de estar en un lugar en el
que me siento bien y querido. Eso es un condimento muy importante y especial
para mí, para seguir entrenando y demostrar que todavía puedo atajar un par de
años más”.
– Pensando en lo que se viene, ¿cómo se
revierte la floja temporada pasada?
– Obviamente
que se puede revertir, con la calidad de jugadores que hay, no tiene nada que
envidiarle a los equipos que terminaron arriba. Son jugadores bien dotados, que
físicamente se entregan al máximo y que tienen la esperanza, como la tengo yo y
los chicos nuevos que van llegando. Estamos en un club que exige ser
protagonista, eso los chicos lo saben y están convencidos de que las cosas
tienen que salir bien.
– ¿Creés posible repetir la hazaña del
2001?
– Los
jugadores que están en el club tienen grandes condiciones, la mayoría fue parte
del plantel que casi hace historia un año atrás y no hay que olvidarse de eso.
Ahora que uno comparte el vestuario todos los días se da cuenta que además de
ser excelentes jugadores, el grupo humano es bárbaro y eso es muy importante. Y
después se verá, yo creo que conformando una buena base, estamos para pelearle
a cualquiera. El objetivo es ese.
Hablando
del 2001, Bangert recuerda las cualidades de aquel equipo que logró el ascenso
a la B Nacional. “Tenía grandes personas, que formaron un grupo extraordinario,
jugadores potentes y en un nivel muy alto y un técnico como Guillermo que, si
bien agarró un equipo armado, supo cómo administrarlo” afirma el 1, y concluye:
“Cada uno dio todo lo que podía y un poco más. Creo que ese plus que pusimos entre todos nos dio ese éxito que tanto
deseamos. Eso es lo que más recuerdo”.
– ¿Te gustaría volver a jugar con Gaby
Pereyra?
–
Escuché que existe la posibilidad que venga… No lo voy a descubrir yo, Gaby es
un extraordinario jugador y ha hecho una carrera bárbara. Los recuerdos que
tengo de él son impresionantes, obviamente que me encantaría porque lo conozco
y sé lo que puede dar. Además, creo que para el grupo sería una inyección
anímica muy importante, ojalá que se dé.
Volviendo
a la actualidad del club, lo concreto es que Marcelo tiene competencia en el
arco y se llama Pablo Torresagasti, arquero chaqueño de 31 años proveniente de
Racing de Olavarría. “Bienvenido sea, la competencia debe existir
permanentemente y no tengo dudas de que va a ser sana. Lo estoy conociendo a
Pablo y me parece un gran arquero, hay que pelearla, acá nadie tiene el puesto
asegurado” recalca el experimentado guardameta.
Este
mano a mano se va terminando, y como siempre, el último párrafo es para los
hinchas. “No tengo más que palabras de agradecimiento –reconoce Bangert– ya que
con cada club que me tocó enfrentar a Defensores siempre me recibieron de maravilla,
siempre se acordaron de mí y eso para uno es muy gratificante” afirma, pero con
los pies en la tierra, se refiere a su condición de ídolo del club por la
campaña del 2001: “Lo de la idolatría tómalo con pinzas. Yo lo agradezco muchísimo,
pero tengo que rendir al máximo como lo hice en su momento. Estoy sumamente
agradecido por el trato que me han dado hasta hoy, pero es una obligación para
mí para seguir manteniendo esa relación, que no es fácil porque los resultados
mandan, pero estoy dispuesto a entregar todo y devolverle la confianza que la
gente deposita en mí cada vez que me toque jugar”.
Para
el final, una reflexión interesante en épocas de préstamos y pases efímeros: “Yo
siempre digo que hay que mentalizarse a no estar de paso. Mi objetivo es
siempre dejar algo”, opina Bangert, con más de 500 partidos encima.