"Quiero dejar una marca en Defensores"

¡Lo bien que tratás la boocha, Santiago!

Sale del vestuario y alguien al paso le dice “Facha”. Entre sonrisas, en seguida se acomoda ante el grabador Santiago Sommariva, ese incansable motorcito del medio campo rojo y negro. 

Nació en La Plata, el 23 de marzo de 1988 (sí, tiene tan sólo 23 años), es uno de los jugadores clave del esquema de Fito Della Picca y fue una de las figuras indiscutidas de la gran temporada anterior, en la que el Dragón quedó a un gol del ascenso.

Pero, ¿cómo llegó a ser el Santiago que hoy conocemos? Él  mismo lo cuenta. “Empecé como todos los chicos, para divertirme, con mi hermano”, confiesa. Luego las ganas de competir lo llevaron a entrar en una “escuelita” de baby fútbol y después pasó a Gimnasia y Esgrima de La Plata, donde hizo todas las inferiores. “Llegué a formar parte del plantel [de primera], y por esas cosas del fútbol, el técnico que llegó en ese momento me dijo que no me iba a tener en cuenta”, recuerda. Ahí surgió la posibilidad de arribar a Villa San Carlos, jugar en primera, aunque en una categoría del ascenso. En ese momento San Carlos militaba en la C, pero Santiago no se achicó. 

La Renga dice en el tema Cuándo vendrán que “un guerrero toma todo como un desafío”, y así fue para el volante, que logró un histórico ascenso a la B Metropolitana apenas llegado al Celeste platense. Así lo recuerda: “Ese paso que se dio fue muy importante, tanto en lo personal como en lo institucional. Fue mi primera experiencia como profesional y conseguir un ascenso fue muy significativo. Además por el grupo de personas que conocí. A raíz de eso comenzó para mí una nueva carrera”. Esa etapa arrancó en una categoría superior, aún con los colores de San Carlos. Tras haber jugado un buen campeonato, tuvo varias propuestas, pero la que más lo motivó, fue la de Defensores.

– ¿Por qué Defe y no otro?

– Me dijeron que era un club serio y que se estaba armando para hacer cosas importantes, y los jugadores que fueron llegando también afirmaban eso. Ni lo dudé, y elegí a Defensores.

Esta nueva apuesta no tuvo el mismo resultado que la anterior en San Carlos, pero estuvo más que cerca. Solo un gol de cerca… Para quien escribe estas líneas, Sommariva, Porcel y Mansilla, más los goles de Montenegro, fueron los pilares de esa gran campaña que llevó a Defensores de Belgrano a ganar un duro reducido en el que superó a Morón, Villa San Carlos y Nueva Chicago, para después jugar una promoción ante Independiente Rivadavia de Mendoza. Si bien fue un campeonato bárbaro y se estuvo muy cerca de la gloria, a Sommariva le quedó una sensación rara. “Me sentí muy contento por el papel que hicimos y por cómo dejamos parado al club, y por los rendimientos personal e individual de cada compañero que fueron muy buenos; pero lamentablemente no lo pudimos coronar con ese ascenso en la promoción, en la que fuimos claramente superiores” afirma, acaso con un poco de bronca, el pibe que aún hoy, sigue viviendo en su La Plata natal. Pero la historia de Santiago y el Dragón no terminó en Mendoza: después de masticar el empate en el Gargantini, no tardaron en llegar las propuestas para la nueva temporada. Sin embargo, Sommariva nuevamente eligió a Defensores. “Si bien las otras propuestas eran interesantes, aposté por quedarme acá y jugármela”, comenta, y las ganas de tomarse revancha se reflejan en sus ojos color miel.

Algunos se fueron y otros se quedaron como él, pero lo cierto es que hay una gran y genuina unión en el plantel. Está a la vista la buena onda que reina en Defensores entre los jugadores, los que están de antes y los que se incorporaron para esta temporada. Que es algo positivo, no cabe duda, pero que mejor que la palabra de un integrante del equipo para ratificarlo: “Que haya grandes grupos hace que se consigan cosas. El campeonato pasado hubo un excelentísimo grupo, y se llegó a una instancia decisiva, que por cuestiones deportivas no se pudo consagrar. Esta temporada estamos manteniendo ese grupo, se incorporaron buenas personas  -además de buenos jugadores-, y a la larga ese gran grupo va a conseguir algo”, se entusiasma Sommariva. Como no ahorra elogios para con sus compañeros, es inevitable preguntarle por uno en particular, en este particular momento del Dragón:

– ¿Cómo es jugar al lado de Miguel Porcel?

– La verdad es que Miguel es un jugador que contagia mucho. Te da ganas de correr y meter, y no aflojar nunca. Es un jugador muy positivo para el grupo.

Hoy por hoy, Defe lleva cinco partidos sin perder y sin recibir goles, y quedó a diez puntos del líder, Brown de Adrogué, pero… ¿para qué está este equipo? “Estamos para pelear el campeonato. Estamos buscando el equipo, nos está costando encontrarlo y creo que es ahí donde más tenemos que trabajar, para poder afianzarnos arriba”, se sincera Santiago. Si bien se incorporaron grandes individualidades, falta justamente eso: encontrar el equipo. A propósito, opina que “puede ser que se deba a la cantidad de lesiones que se presentaron, además de suspensiones, y rotar tanto el equipo y no mantener una base fija, como se hizo el campeonato pasado, cuesta, y el rendimiento del equipo va mermando”. Tan claro, como cuando quita y sale jugando en el medio.

Y después de una pausa, hay que hablar de un futuro cercano: el partido por los 32avos de final de la Copa Argentina contra River, el 7 de diciembre en el Estadio del Bicentenario, en San Juan. “Es un partido soñado. Llegar a una instancia de definición contra un equipo tan grande como River es importante y espero que el equipo tenga una excelente presentación” afirma. Este torneo se tomó con mucha seriedad y además es una gran oportunidad para que algunos jugadores –incluido Santiago- puedan mostrarse.

Volviendo a Núñez, es momento de hablar de cómo se siente en el club y su relación con la hinchada roja y negra: “La gente me trata muy bien y eso me pone muy contento, porque eso hace sentir que uno hace las cosas bien, aunque en algunos de los últimos partidos no venimos teniendo el mejor rendimiento. Estoy muy agradecido a la gente”, comenta y le tira un guiño a La Techada. 

Como ya va empezar el entrenamiento y hay que ir redondeando, Santiago cuenta qué espera en lo personal: “Dejar una marca en el club. Si puede ser con un ascenso o ganando la Copa Argentina, bienvenido sea, si no dejando esa imagen a la gente de que soy un jugador que siempre deja todo” y  deja, además de sus ganas y su entrega, un mensaje para los hinchas del Dragón… “Sigan apoyando como siempre, que este grupo de grandes personas y jugadores, va a dejar todo para intentar conseguir algo.”

Se despide y vuelve al vestuario, donde lo esperan sus compañeros y el DT para comenzar la práctica.  Chau, Facha.